miércoles, 31 de diciembre de 2008

Te invito a estrenar la luz...


Te amo tanto que hasta el corazón me sangra. Te amo tanto que el corazón me duele por guardar más amor del que le cabe. Te amo tanto que sin saber pintar eres mi obra maestra, que sin saber cantar eres la melodía que guarda mi garganta, que sin saber componer eres la banda sonora de mis latidos. Te amo tanto que sin saber escribir eres la tinta de todas mis palabras. Te amo tanto que tu entrepierna se convierte en el mejor dulce, que jamás desabrochar un pantalón fue más tierno, que al quitarte el sujetador se apagan solas las luces de las sábanas. Te amo tanto que el sabor de tu piel se incrusta borracho en mi paladar aún sin olerlo. Te amo tanto que una mirada se convierte en algo superfluo, porque mis ojos ya no son capaces de demostrarte cuánto. Te amo tanto que no cabe ya en unas pupilas que sólo llevan tu nombre tatuado. Te amo tanto que cada vez que me abrazas mi alma llora feliz. Te amo tanto que mi alma llora feliz por saberte entre costilla y costilla. Te amo tanto que no hay tiempo suficiente para disfrutar de las sonrisas que se te caen a borbotones de la cara. Te amo tanto que mis pestañas se inundan de ganas de soñarte. Te amo tanto que todas estas palabras pierden su sonido en cuanto me besas. Te amo tanto que en cuanto me besas me pierdo en tu boca, enamorada de hasta tus huesos, doblada por tu risa, rota por tu saliva, muerta por tu amor.
Ciento sesenta y ocho mil besos

http://www.youtube.com/watch?v=EBsBrzEKWgM&eurl

domingo, 28 de diciembre de 2008

shdjgdjsahdahsg!!


Llegar a casa borracha por sobredosis de tus manos. Enloquecer con cada uno de tus movimientos, tirándote del pelo dejando mis uñas en tu espalda y mis dientes en tus hombros. Drogarme con tu saliva hasta perder la noción de tu boca. Comerte, arañarte, morderte, suplicarte hasta la saciedad, deshacerme de placer, anclar mis fuerzas a la punta de tus dedos, morirme, matarte y matarnos. Comerte la oreja y gemirte, empañando los cristales, borrando tu boca con mi aliento, desdibujando el calor que nos invade. Y que me lleves en un ascensor al cielo sin necesidad de dar a ningún botón...

Ciento sesenta y seis mil besos

http://www.youtube.com/watch?v=inW91qRDGwI

viernes, 26 de diciembre de 2008

Apagando la luz...




Porque me recuesto sobre ti y escucho tu corazón, y tú me pides que no hable para escuchar la carrera a la que se lanzan mis latidos en cuanto me rozas. Porque cuando agacho la mirada incapaz de encontrar más palabras para amarte tú me levantas la cabeza y en cuanto me acaricias de nuevo las frases salen a borbotones. Porque nos besamos con tantas tantas tantas ganas que nos hacemos daño, pero no nos importa porque nuestros labios curan. Porque me voy, y yo contigo, al infinito y más allá. Porque te robo los guantes, te regalo mi cojín, buscamos ovnis y se nos olvida pedir deseos. Porque los 3D saben infinitamente más ricos en tu boca. Porque te ríes y te ríes y yo me rindo a tus pies por completo. Porque ya no te huelo, te respiro. Porque tu olor secuestra mis sentidos volviéndome loca. Porque todos los días son sábado. Porque es tu piel, tu boca, tus manos, tu sabor, tu alma. Porque en ocasiones un mordisco mortal en el cuello es lo mismo que una mirada a escondidas en un bar. Porque darte la mano en la calle se convierte en lo mejor del día. Porque seis diecinueves lo están siendo todo. Porque nos pasaríamos así toda la vida.


Ciento sesenta y cuatro mil besos


http://www.youtube.com/watch?v=0sfNQmeCfkc&feature=related

domingo, 21 de diciembre de 2008

Cinco diecinueves


Tú de espaldas. Yo en tu cuello. Cierras los ojos. Caliento mi voz y te cuento. Te digo que te quiero; respiras tranquila. Te digo que deseo encadenarme a tu alma a la vez que soy libre junto a ella; tu corazón se acelera. Te digo en un suspiro inquebrantable que me voy a grabar todos tus sueños para tatuártelos entre pestañeos; tus piernas se derrumban y te das la vuelta. Y entonces te digo mirándote queriendo atraparte en mis pupilas por siempre que sólo te besaremos una luna mordida por las ganas y yo, en un colchón a oscuras, con el único sonido de mi aliento pegado a tu nuca, de tu lengua empapando mi piel, de mis uñas deseando tu espalda. Y tú me morderás la barbilla, y yo te arrancaré los huesos, y tú me reventarás una y otra vez, y yo te destrozaré en un abrazo que de juntas que nos deje no nos conseguirán distinguir. Y así nos quedaremos, en una esquina, desnudas, abrazadas, muriéndonos de amor, sabiendo que esto es real aunque nunca pudimos llegar a imaginar cuánto, felices, como jamás pensamos que lo seríamos, tanto, tanto, tanto, que el mundo no importará, que descorcharemos sonrisas y no pediremos nada a cambio, que no estaremos juntas siempre porque siempre es poco tiempo para las dos. Y caeremos rendidas por el sueño, empapadas de felicidad, sin necesidad de pedir nada más, porque tenernos es más que suficiente.

Ciento sesenta y un mil besos


domingo, 14 de diciembre de 2008

Me cuelgo de su pelo...


Me abraza y el mundo pierde su nombre, me acaricia ligeramente y se me erizan hasta los sueños, pasea sus dedos sobre mi cuello y me toca el alma. Respira en mi cuello y me abandono a ella, a su cuerpo, a sus besos quebrados, a sus brazos eternos, a sus susurros rotos. La recuerdo besándome bajo un paraguas, y la lluvia, y la nieve, y el frío, y todo lo demás deja de importar, desaparece, y sólo estamos nosotras, nuestras bocas necesitándose, nuestros dedos entrelazándose, nuestras almas durmiéndose juntas. Y la estrujo hasta romperla para que no se vaya nunca, para que jamás se deshaga, porque sigue siendo un sueño, mi sueño.


Ciento cincuenta y seis mil besos


jueves, 11 de diciembre de 2008

...de ti.


Necesidad de estallarte los labios, de abrazarte tan fuerte que sólo nos quede una capa de piel, de pegarme a tus lengua y llegar a respirar a través de tu boca, de que tu olor se quede incrustado en mis dedos para poder recuperarte cuando te marches. Necesidad de que tus caderas se muevan al ritmo de mi lengua, de que tus manos no se vayan de mi pelo, de que tus ojos se queden en mis párpados, de que tu voz no deje de llamarme. Necesidad de besarte, roerte, chuparte, morderte, tocarte, rozarte, lamerte, ponerte, beberte, comerte, devorarte, tenerte, soñarte, besarte, quererte, amarte. Necesidad de oírte reír y reír y reír mientras sonríes, que es lo único que importa, tu sonrisa inundando mi cara mientras te beso, tu cuerpo dejando de temblar en cuanto mi calor te inunda, tu alma diciéndome que por fin somos felices.


Ciento cincuenta y cinco mil besos

miércoles, 3 de diciembre de 2008

Te contaré una historia.


Yo era un poeta yonki y tú mi droga en forma de musa. Yo era la muerte por sobredosis de dolor y tú la aguja con la que me metía chutes de poesía. Yo era el último latido de un corazón roto y tú el enfuche que me dejaba ir libre. Yo era la cama de noventa en la que se acostaban olvidados y podridos y tú la luz que asomaba por la habitación incluso antes de abrir la ventana. Yo era el adiós, el yo no te quiero, el olvídame, el nunca debió pasar, y tú el vuelve, el te echo de menos, el te quiero, el te amo. Yo era un suspiro fingido en bocas que nunca sintieron y tú la caricia que conseguía electrizar y devolver la sonrisa a todo cuerpo inerte. Yo era las miradas llorosas bajo la almohada en noches que de heladas mataban, y tú los gemidos y los abrazos más enormes que nunca experimentó ninguna sábana. Yo era los sin-voz, las bocas del revés, los labios de ninguna parte, y tú los gritos más felices, las sonrisas más eternas, los besos más profundos.

Yo era el olvido y tú la esperanza, yo la desilusión y tú las ganas, yo el desamor y tú el reencuentro.

Y así me encontraste, me recogiste y me curaste.

Nos fundimos en algo único y resurgimos como un solo alma con dos nombres.

Y nos quisimos, para así poder continuar diciéndonos hoy que seguimos follándonos el alma en cada momento.

Ciento cuarenta y seis mil besos


http://goear.com/listen.php?v=6fc6183

lunes, 1 de diciembre de 2008

Una y otra vez...


Te cogeré con fuerza, te pillaré desprevenida y te aplastaré con un abrazo. Te quitaré la piel a base de caricias, pasearé mi lengua haciéndote cosquillas por tu cuello y engancharé mis ganas a tu sujetador. Te borraré la boca dándote más besos de los que te puedas imaginar, haré desaparecer tus temblores bajo el edredón y te comeré sin que te des cuenta mientras duermes. Te morderé los labios mientras empapamos cualquier sitio cerrado, te devoraré con mis ojos primero y con mis manos después, me colaré dentro de tus pantalones y seré tuya. Te dibujaré un sueño tras mi espalda, para que cuando no puedas verme sigamos soñando juntas. Te amaré... Te amaré incluso cuando no haya más amor en el mundo que dar.

Ciento cuarenta y cinco mil besos