domingo, 30 de marzo de 2008

Nadie dijo que fuera fácil

Observa desde su universo y alcanza a ver y a sentir su propia boca pegada a un cristal frío, sus manos adheridas a las paredes desnudas que la alcanzan, su espalda cayendo por el precipicio de su respiración. Encuentra sus dedos enredados en los ojos que los pisan, su cuello carcomido por las palabras que brotan de su sonrisa esperanzada, su mirada enroscada en una espiral que no la suelta. No habla ni asiente ni niega. Ya tampoco sueña. Sólo vive la vida que forjaron sus suspiros, aquéllos que le prometieron un universo azul.

jueves, 27 de marzo de 2008

Rasgos infinitos

No me completo sin su presencia. No soy sin su mirada, no llego a encontrarme si sus ojos no recorren mi cuerpo a escondidas y si su mano no roza la mía en una tarde de viento. No respiro si no evoco su aire y su aliento a mi lado; no continúo si no dibujo sus dedos entrelazados con el pelo bajo su trémula mirada en el cielo nocturno. No puedo cerrar los ojos si antes no rescato su rostro de aquel día, recostado sobre la ventana de aquel tren, perdiéndose entre las vías. Con la mirada ausente hasta que sintió la mía sobre su piel y entonces me entregó la suya hasta el final, sin dejarla morir, permitiéndola yacer sobre la mía.

lunes, 24 de marzo de 2008

Estela

Dueles... Dueles más que nunca. Sin quererlo, tus suspiros producen dolor. Tus suspiros inexistentes a los que yo me agarro como si me fuera la vida. Tus suspiros que arden, arden a consecuencia de la fusión de mi anhelo y mis ganas, de la fusión de tu mirada y tu voz susurrada. Tu olor quema cuando se adhiere a mi piel y cuando ni tú ni yo hacemos nada para que se evapore. Y tus ojos rasgan mi cuerpo, mis manos, mi rostro; mi silencio, mi alma, mi mirada. Dueles... Dueles infinitamente.

domingo, 23 de marzo de 2008

El sueño más plausible

¿Qué sucedió? Fue más que esos días, más que esas miradas prometiéndonos la vida y más que esos besos regalándonos el cielo. Fue más que mi voz respondiendo a tus ojos que abrazaban a los míos, fue más que tu cuerpo arrullando el mío en el calor de nuestros suspiros. Fue más que tu boca diciéndome silenciosamente que me echarías de menos y más que tu aliento en mi oído rasgando aquellas palabras que cubrieron mis latidos. Fuiste más. Fuiste una salvación, una sonrisa a mis palabras tristes, un sonido en un mundo de silencios, un abrazo a un alma congelada. Fuiste el sueño más plausible de todos.

viernes, 21 de marzo de 2008

El color de tu sombra

Eres tremendamente difícil de olvidar... Estando, sin estar, mirando, sin mirar. Tu voz encauza a mis palabras aunque no suene, tus ojos conducen a mis pies aunque se cierren. Eres como esa calle a la que quiero llegar, allí donde se muestra tu presencia dispuesta a abrazarme sin final. Sólo quiero rozarte sin miedos, sin prohibiciones; sólo quiero que me roces sin temores, sin ambigüedades. Desearía que pudieras ser infinitamente palpable, eternamente volátil, plausiblemente azulada. Desearía que dejaras de ser deseo y fueras un sueño ficticio, como el sabor de tus mejillas y el olor de tu silencio. Desearía todo contigo y desearía que tú fueras conmigo. Desearía que la palabra sueño dejara de seguirte para unirnos a las dos en uno eterno.

miércoles, 19 de marzo de 2008

Oh, Lucy

Has sido como un susurro del viento frío sobre una piel desnuda, un grito en el silencio de un alma torturada, un sonido en la quietud del tormento, una mirada en un mundo ciego. Todo reducido a un día, todo dibujado en un beso. Tu mano en mi mano, tu abrazo en mi cuerpo, tus labios en los míos... Me has enseñado el cielo en tu rostro, los sueños se instalaron entre tu boca y la mía y tus ojos me dieron lo que no quise pedirte pero que tú me regalaste. Te echaré de menos, Lucy, como tu voz me contó. Regresaremos, y el cielo volverá a instalarse entre nuestros labios.

martes, 18 de marzo de 2008

El sorbo de un café

Debí suponer que terminarías volviendo a aparecer. Oculta en una sonrisa, tal vez sonando en una nota al piano, quizá escondida entre las nubes o en el viento, o puede que dormida entre algún sueño. Volviste a mí de la manera más plausible: erizando mis sentidos y congelando mi tristeza; deshaciendo mi mirada al contacto con la tuya y dibujando el perfil de tu mano sobre mis dedos. Volatizaste tu ida e hiciste ficticios tu sonrisa, tu media vuelta al marcharte, el roce de tu mirada sobre mi cuerpo, el conjunto de susurros y suspiros, y el eco de tu risa. Me invadieron junto a tu sombra y ahora me reclaman, me regalan tu nombre y me prestan la curva de tu presencia.
Volviste.
Volví.

jueves, 13 de marzo de 2008

Viaje infinito

Escucho la sinfonía que desprende tu sonrisa y me empapo del aire que se crea entre nosotras. Algo ya palpable, rodeado por mis manos y acariciado por las tuyas. Comienza a estacionarse el infinito entre nuestros cuerpos, que sin rozarse se abrazan sin soltarse. Quiero susurrarte al oído lo que creas al sonreír cuando oyes mi voz; lo que siento cuando mi mirada se encuentra a la tuya y ésta se mantiene hasta la última respiración, refugiándome en su iris y completando mi existencia. Creo morir cuando no hay palabras en mi boca y sólo se encuentran tus ojos y los míos, cuando un ligero temblor sacude nuestros cuerpos y sólo hay lírica en nuestros alientos. Pero subsisto con tu olor, mi aire y el viento que evoca saudade.

jueves, 6 de marzo de 2008

Serenata

Plausiblemente, me encauzas en la melodía de tu mirada. El brillo de tus ojos me salpica, me empapa de un color cada vez más lírico Tu presencia eminente y mi sombra anhelante se fusionan en el vaho de tu olor. Y a tu cuerpo, impreciso en su suspiro, quiero enlazarme. Volatizarme en su piel, ser etérea bajo su abrazo ocre, respirar sólo mientras me toca... Ser una; hacer que nuestra mirada se vuelva infinita.

domingo, 2 de marzo de 2008

Ocre azulado

La recuerdo con el viento azotando su cara, volatizándose con el aire. Su cuerpo caminaba al son del silbido que la perseguía por las calles, mientras su risa se dejaba caer por las esquinas de los parques olvidados. El frío hacía llorar sus azules ojos que se volvían océanos que arrasaban miradas, mientras su piel se zambullía en el calor de su susurro. Su mirada acariciaba cada suspiro que le llegaba, como si fueran sus dedos los que rozaran aquel momento infinito. Yo la observaba sin respirar, temiendo que, al atravesar su camino mi respiración, ella se desvaneciera con el aire...

sábado, 1 de marzo de 2008

I remember the sound

Tu ausencia determina mi presencia. El abrazo de tu sonrisa se vuelca en mi cuerpo que se vuelve trémulo con una palabra de tus labios. El aire externo me golpea, tu aliento me balancea sobre tu piel y mi mente se pierde en los recovecos que la melodía de tu voz deja en su camino. Yo sólo puedo quedarme quieta contigo delante, mirándote, adueñándome del eco de tu risa, aprendiéndome el nombre de tus lunares, acariciando tus roces con mis ojos, suspirando a tus susurros que se quiebran al sentirme a tu lado, queriendo tu espalda desnuda en la mía. Amándote.