alguien pensaba en el primer boceto de la Torre Eiffel,
John conocía a Yoko
y ellas alzaban la mirada y el puño en alto.
Beningni convertía la guerra en un poema,
ellos respiraban bajo los escombros de dos torres derruidas,
Machado ponía a sus letras el nombre de Leonor
y una mujer sonreía pausada a Leonardo.
Una cultura subsistía ante el descubrimiento de otra,
la Bolsa se caía y un hombre volvía a casa,
madres ancladas encontraban puerto en sus niños adultos
y Miguel Ángel acariciaba a David.
El hombre volaba por vez primera entre estrellas,
Fleming retaba a la muerte,
el mundo volvía a nacer después de ser derrotado en dos ocasiones,
Mozart se sentaba ante un piano...
...y
mientras
yo
te
besaba
con
la
certeza
de
un
acontecimiento
mundial.
11 comentarios:
¿Acaso no lo era?
Un placer encontrarte y leerte, :).
Otro placer. Acabo de releer "Cuarenta y tres maneras de soltarse el pelo", y no será la última vez.
Un beso :)
Seguramente más acontecimiento que aquellos, tan distantes.
Acontecimiento mundial, y universal.
Siempre es más que un placer:
una necesidad
leer tu poesía.
Un abrazo.
Si no lo fuera, no sería besar.
Saludos!
La poesía, eso que se hace con palabras,
si es buena, te deja sin ellas.
Gracias y un abrazo.
Te invito a parar sin prisa por mi rincón,hace un mes tropezó tu libro conmigo, chapeau! http://incertidumbresycertezas.wordpress.com abiertas criticas!
Me ha encantado, esta poesía es una muestra preciosa de todo lo que eres capaz de hacer. Te espero aquí: http://1000historiasparacontar.blogspot.com.es/
Tantas cosas y al mismo tiempo, que uno no sabría con qué quedarse, si es que hay que escoger algo. Ojalá pudiésemos aprenderlo todo, verlo todo, vivirlo todo, pero no convendría, no sé.
QUE PERFECTA. DIOS TE BENDIGA LAS MANOS CON LAS QUE TOCAS Y ESCRIBES
Hace tiempo paseaste por mi blog y hoy casualmente volví yo aquí. Esto me ha gustado mucho.
Cada beso es un milagro.
Perfecto
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