Te evaporizas en un suspiro. Te volatilizas, desapareces y yo me quedo espiando a tu olor. Pero tu sonrisa reaparece. Grande, como tu mirada que también vuelve. Eterna al contacto con tu voz, con tus suspiros, con lo sublime de tu presencia. Y regresan tu boca, tu piel, tus manos. Tus pupilas, que me sorprenden escribiendo en tus huellas borradas, tejiendo en el viento miradas entrelazadas. Y tu alma, que nunca se marchó. Ocre y azul, como tus besos. Infinita y plausible, como el color de tus palabras.
Y se sienta.
Y me mira.
Y me espera.
JARTUM
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Me siento en el banco desde donde se ve el mar.
Lo especial, sin embargo,
no es el inmenso charco de agua azul,
azul como el amor de la infancia.
L...
Hace 12 horas