domingo, 28 de febrero de 2010

XV


Te miré y me propuse que tu sonrisa no se diera la vuelta jamás. Me propuse que esos dientes brillaran las veinticinco horas de tus días, colocarte cada noche calcetines de distintos colores para que tus mañanas fueran las mejores, tentarte a besarme en medio de cualquier sitio y conseguir que lo hicieras sonriendo. Me propuse hacer malabares con tus caras tristes (sabes que siempre se me caen al suelo), triplicar los mimos y doblegarme a tus deseos, conseguir que me sintieras en todo momento a tu lado. Me propuse darte diecinueve motivos para soñar contándote cada noche la historia de Blancanieves y Cupido. Me propuse descomprimir tu corazón y abrazarlo fuerte para que tuviera agujetas en el ventrículo derecho todos los días. Me propuse darte cada día chutes de esa risa que da dolor de tripa pero que engancha, como la luna que prometí bajar a tu almohada. Me propuse que te fumaras mis labios sabor a chicle y beberme los tuyos sabor a piruleta. Me propuse centrifugar nuestras almas y sentarnos a verlas girar y girar cada tarde. Me propuse dejarte el corazón tan rojo, tan tan tan rojo, que no nos mereciera la pena vivir más...

Cuatrocientos noventa mil besos

http://www.youtube.com/watch?v=YIADdtY9pQA

martes, 16 de febrero de 2010

XIV


Podrían preguntarme de quién es el hilo que tira de mis comisuras y las mantiene altas, formando un pequeño hoyuelo que sólo ella ve, y diría su nombre. Podrían preguntarme en qué me refugio cuando se apaga la luz y de quién son los orgasmos que brotan de mi garganta cuando me toca, y diría su nombre. Podrían preguntarme que es lo que más echo de menos y que es lo que más temo dejar de sentir, y diría su nombre. Podrían preguntarme de quién es ese olor que electriza y prohibe a mis músculos e instintos respirar, ese olor que consigue dulcificar y a la vez excitar cada movimiento, ese olor por el cual moriría, y diría su nombre. Podrían preguntarme quién marca la constante de mis latidos, y diría su nombre. Podrían preguntarme por lo único por lo que daría mi alma, y diría su nombre sin dudarlo.
Y aún así nadie lo entendería, nadie entendería que no la puedo querer más porque ella no es más grande, que el secreto de nuestra felicidad reside en que el dolor de su hombro derecho y de mi hombro izquierdo supera el de la ausencia porque significa que hemos estado juntas, que no encuentro momento más completo que el estar tumbada sobre ella en una alfombra de colores mientras me acaricia la oreja, que adoro escucharla sonreír cuando la abrazo y le susurro que quiero morir así y ella responde con un 'ójala...'.
Es su nombre... Sólo su nombre. Y nadie puede entenderlo. Ni siquiera yo.

Cuatrocientos ochenta mil besos


http://www.youtube.com/watch?v=N0UOcHqFkHs&feature=related

lunes, 8 de febrero de 2010

XIII

Mis encías están sedientas, anhelan un mordisco de tu boca. Quieren sangre y quieren que me abraces y me hagas polvo las costillas, que ronronees sobre mis caderas y lamas todas mis heridas. Necesitan que seas salvaje, que te dejes las uñas en cada beso y que imprimas marcas que recordar por la mañana. Precisan de tu lengua tanto como de tus dedos, su rastro en mis venas y en mi ombligo y tus dientes en mi cuello sin voz. Quieren follarse a tus dientes en mil y un descampados, sábanas y maleteros; destrozar tu saliva y embotellarla en besos que no terminen y atraviesen tu garganta; arañar mis piernas con tus uñas y masticar mi hombro con tu boca.
Van a emborracharse de ti, a colocarse contigo, a sufrir ciento y una sobredosis de tu droga y a vivir intervalos de diecinueve horas seguidas en tu pecho. Prepárate...


Cuatrocientos setenta y un mil besosNegrita
http://www.youtube.com/watch?v=cDEaZmEhSvA