Apareces y desapareces, como si fueras el aire de un suspiro, desvaneciéndote al exhalarlo. Como el viento que hace crujir los árboles un día de otoño, o el beso que se lanza al aire, inalcanzable por los amantes olvidados. Como los vapores que salen de dos cuerpos incandescentes, o el calor que desprende la llama de una vela a punto de expirar. Eres como las gotas de agua que arrullan mi cuerpo en un día de tormenta, empapando hasta mi sombra pero imposibles de recoger. Así eres, etérea, volátil, y aún así tus latidos perecen en mi cuerpo aunque no estés, y los míos siguen perteneciéndote a ti a tu dirección aunque tú no les escuches.
7 comentarios:
Así eres, etérea, volátil, y aún así tus latidos perecen en mi cuerpo //
me mato esa frase, cada letra
y el sentimiento que entrega..uff!!
mis saludos!!!
=)
seré reiterativa, pero cada día que te leo, encuentro sutiles maravillas...sos consciente de eso, niña?
...empapando hasta mi sombra, pero imposibles de recoger
qué bella manera de decir lo difícil del desamor!
te admiro
besos
claudia
perdón, al menos eso interpreto yo... :)
clau
Pasaba para agradecer tu visita... volveré.
Mi cariño desde Buenos Aires.
MentesSueltas
¡Muy buenas! Aquí te dejo mi huellita.
¡Besitos!
"...Eres como las gotas de agua que arrullan mi cuerpo en un día de tormenta, empapando hasta mi sombra..."
Una descripción en la que creás una imborrable sensación de un tiempo atrás... Enhorabuena por tu post... Limpio, exacto y transaparente como siempre...
Mil besos...
Yo lllegué a decirme y no me oído: "no abras esa puerta que detrás está el olvido" (que a veces es jardín de lluvia y aveces frio)
Cuando llego a tí, mi dulce niña, el olvido tiene aroma a hierba fresca,
Adorable Saudade!
Roberto
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