domingo, 20 de abril de 2008

Mirarte hasta que duela

Notaba tu respiración en un abrazo infinito. Sentía tus fuertes latidos sacudir mi cuerpo hasta formar parte de los míos. Tu cabeza reposaba en mis hombros y mi mejilla rozaba tu piel, mientras mis manos acariciaban tu rostro que se rendía a nuestras ganas. Mis labios se posaban sobre ti suavemente, como notas que forman una escala de silencios. Y tu sonrisa erizaba mi cuerpo que quería unirse a ti a través de cualquier suspiro. Éramos nosotras por fin. Reales. Aún en sueños... reales.

6 comentarios:

Estoicolgado dijo...

qué dificiles son de interpretar los silencios a veces, ya sea en la música, ya sea en la cruda realidad

Gina Nordbrandt dijo...

Reales.
Vaya, me gustó, siempre que paso aquí me quedo sin palabras...
Espero que tengas una gran semana.
Saludos saturnianos!
=)

Ch Medina dijo...

Que lindo escrito...

Solveig Möller dijo...

Me gustas.

vity dijo...

Conflicto entre sueño o realidad, verdad o ficción. Así son los sentimientos, resultantes irreales aplicados a lo que nos rodea...

Hace mucho que no te veo por mi blog.

Un besito, cuídate.

Solveig Möller dijo...

ojalá se cumpla algún día, nos lo merecemos.