miércoles, 10 de septiembre de 2008

Comencemos a no olvidar.


Quizá crees que algún día me dolerá la boca de tanto besarte, que esconderé mis manos de tu espalda y que el latido incontrolable que se escapa de mi boca cada vez que me besas se esfumará. Puede que pienses que una tarde dejaré de mirarte, como siempre hago, aprendiéndome cada caricia, perdiéndome en cada lunar, memorizando cada curva. Y ese día, esa tarde, te besaré borrando tus temores y te contaré cómo guardaba todos tus besos bajo la camiseta sin que tú lo supieras por si acaso algún relámpago me los robaba sin que me diera cuenta y ya no pudiera recuperarlos, también te confesaré cómo me colaba en tu cuello cada vez que te despistabas y me dormía en tu olor para no perderlo jamás, y dejaré caer cómo soñaba con ser el roce de tu ropa interior contra tu piel. Y tu sonrisa no desaparecerá. Y yo volveré a besarla.

Setenta y nueve mil besos

7 comentarios:

Isabel Tejada Balsas dijo...

¿una burbuja de hielo? muy fría, mucho :/

besazo wpa!

Cabrón Insensible dijo...

ochenta y dos mil besos

Ana dijo...

"Y yo volveré a besarla" ¡Me encanta! :D

Andrés Martín dijo...

Tú eres la impresionante.

Saúl dijo...

es cierto que lo que más se quiere..es lo que más miedo da perder..

Pequeño cocodrilo dijo...

Mi octava maravilla, Tú. Y luego tus textos. te quiero, quiero a ts manos escritoras, a tu corazón sensible, a tu sonrisa, a tus labios pidiendo sangría, a tus maos, a tu todo.

Eme dijo...

que buen comienzo.

un abrazo.