domingo, 7 de junio de 2009

Fueron siete palabras.

Primera parte.
Fueron siete palabras. Siete palabras que sonaron como un beso, que sentí como un silencio que clama un grito intermitente, que cruzaron mi mente como se cuela una pequeña rendija de luz en una habitación en la que la oscuridad te mata de miedo.Siete palabras y su nombre… Y todo lo que vino después.

Me buscó día y noche. Me buscó, me encontró y me quiso para Ella. Me quiso y me tuvo, me poseyó como nadie hizo nunca, ni siquiera los ojos azules de los que le advertí que no me hacían recomendable para ella. Pero a Ella no le importaron, hubiera luchado contra el mundo entero por mí si hubiera sido necesario. No quería nada más: me había encontrado.

Me dolía. Me dolía hasta el hambre, la sed. Me dolían las ansias de ser feliz. Pero estaba acostumbrada. Como el enfermo que de tanto desgaste ya no siente su enfermedad o como el hambriento que se olvidó de cómo se comía. Había dejado de pertenecerme tiempo atrás; caminaba, y no sabía cuál era mi rumbo; miraba, y sólo veía el azul más penetrante jamás visto. La dueña de ese cielo marino me había arrastrado hacia ella sin quererlo, desgajándome poco a poco el alma, como la droga más pura y fuerte atravesando mis venas despacio, tan despacio que sentía cada mirada suya como pinchazos en la piel. La quería, al menos algún tipo de adicción mortal la profesaba. Necesitaba de ella cada día, de sus pestañas, de su voz y de sus manos. Era adicta a la tristeza que me dejaba su adiós, me alimentaba de melancolía y sólo vivía de mis lágrimas sabor a ácido. Y así vivía, sin saber aún hoy muy bien cómo. Y entonces… Ella.

5 comentarios:

Favio dijo...

que el destino es increible y nos guia al abismo, a la agonía, al extasis y al gozo en un sólo momento..


un gusto chica cuenta besos :)

edetre dijo...

Cómo el hambriento se olvidó de cómo se comía...
Realmente bueno.

Un saludo.

Ana dijo...

Preciosa canción para este texto ^^

R. dijo...

Pero a Ella no le importaron, hubiera luchado contra el mundo entero por mí si hubiera sido necesario. No quería nada más: me había encontrado.




Eso fue lo que sentí yo hace un año.Luchar luchar y luchar y darte cuenta al final de que ha merecido la pena,de que ha llegado ella (o él) y lleva de su mano la felicidad.

cosasimpropias dijo...

mi novia tiene el mismo pañuelito ♥