domingo, 3 de junio de 2012

Las canciones son pájaros que siempre vuelan

Supongo que es cierto eso de que la magia existe y que solo hay que saber abrir los ojos en el momento justo en el que la sientes cosquillear entre los resquicios de la coraza, suturando vendajes al primer contacto, y dejarla entrar. Porque sí, ahí está la magia, no en saber de dónde vienes o a dónde vas, sino en saber que me llevas contigo. Supongo que no, que no está al alcance de cualquiera comprenderme cuando digo que (te) daría mis manos por encontrarte y confesarte que esperarte ha sido una delicia y reconocerte mi cometido más sencillo. Supongo que todos necesitamos ser salvados, y tú comprendiste nada más verme que de quien necesitaba ser salvada yo era de mí misma, y por eso pensé cómo sería tu voz mucho antes de escucharte hablar. Supongo que de eso se trata, de hablarte y sentir que me estás reconociendo, de intuirte en tu silencio, de empezar a echarte de menos sin decírtelo, de crear cientos de condicionales seguidos de tu nombre, de que sin escribirlo tú ya lo sepas. Supongo que a veces solo hace falta una canción y levantar la cabeza, verte y comprender que llevabas mucho tiempo ahí delante, esperándome sin prisa, y que no te vas a marchar. 


Justo cuando todas las demás se iban, justo cuando llegaba la hora de desaparecer, ella se quedó, y a mí se me cayeron las palabras y no supe qué decir. El cuarto día consiguió que le hablara de mis miedos, que le contara mis torpezas, que le confesara que la palabra huir me ejecuta cada noche, y eso es algo que nunca se lo he dicho a nadie. Me pidió un cuento y yo le susurré que mi día favorito de la semana es el domingo; que a veces me despierto llorando cuando todo está bien; que el miedo me aprisiona algunas mañanas y se me acumula en el pecho, y me aterroriza enamorarme por si contamino otro corazón al abrir el mío, aunque mis tendencias masoquistas me obliguen a caminar siempre con los ojos cerrados esperando el choque. Le reconocí que mi mayor secreto es una ilusión que, aunque rota en pedacitos cada vez que se presenta, se sigue levantando cada vez que escucha a alguien llorar y se enamora de la gente triste. Ella, como única respuesta, se desnudó y me ciñó fuerte entre sus ojos, me acarició el pelo y me dijo que algunas palabras mienten, que las canciones son pájaros que siempre vuelan y que el miedo a la oscuridad queda anulado cuando una habitación se llena de abrazos. Y yo la miré, olvidándome de vivir, y comprendí lo que significa ser salvada. Su ternura ambicionando mis heridas, su suavidad al despojarme de mi escudo, su lengua dispuesta a lamer todas las mañanas mis cicatrices, su altruismo al ofrecerme su piel para mis inviernos de junio, su valentía al preferir quebrarse con mi dolor antes que ausentarse y renunciar a mis secretos, su comprensión al contarle que ciertas dosis de tristeza me hacen feliz y su tranquilidad para desatar la lluvia sobre nosotras y decirme, sonriendo, que mi vida está llena de amor y desamor y eso me hace bonita.
Escríbeme, me dijo. Pero no escribas para mí, escríbeme a mí. Y era domingo, y llovió papel y tinta del cielo, y por fin hacía un poco de frío, y yo me enamoré mientras la creaba entre palabras y miraba a mis dedos y ahí la veía, y me di cuenta de que solo ella entendería todo esto, que solo ella comprendería de qué estoy hablando. Y que vendría. Que levantaría la cabeza, y ahí estaría. Esperándome sin prisa.


Este sabernos, tú allí y yo aquí, pero sabernos. De eso se trata.


Fjögur píanó







15 comentarios:

Cristina Pérez dijo...

Espero que desde allí estés escuchando mis aplausos.

Andrea Valbuena dijo...

Tú si que sabes, sabes rico. Y dolç, el teu es el mes bonic dels dolors, ho fas tot preciós.
Sigues escociendo saudade. ¡No me rompas más!
Suerte con tu salvadora.

Lena Carrilero dijo...

'Las canciones son pájaros que siempre vuelan'
Pero créeme Elvira, tú vuelas más alto que los pájaros y las canciones.

Andrés Martín dijo...

Hay tantísima diferencia entre escribir "para" y escribir "a", tantísima...De nuevo, buenísimo.

Luis Cano Ruiz dijo...

No hay palabras. Y aunque las hubiera, tampoco harían justicia a tu forma de escribir.

Cuídate.

Anónimo dijo...

Que maravilla,una a una cada palabra,cada descripción...gracias por compartirlo :)

Natalia :) dijo...

No se puede describir con palabras la sensación que me deja leer cada uno de tus textos.. son increibles, nunca dejes estos por favor. un beso, :)

Clara Sawyer dijo...

si los de siempre eran increibles, éste, el de "a ella", el de contaminarnos un poco el corazon a todos abriendo el tuyo...joder, este es brutal.
Ha sido un increible placer leer cada letra mientras se me ponía la piel de gallina

Beccapecca dijo...

¡Hola! Soy nueva en esto de los blogs y hice el mío hace poco, ¿te pasas, me dejas un comentario y me sigues? Yo ya te sigo a ti. Gracias :)

http://beccapecca.blogspot.com

rayuelasolvidadas dijo...

Bella flor me has estremecido con todo esto, y si te consuela saber, no creo que seas la única que se despierta llorando aunque todo vaya bien. Jops.
Echaba de menos estas cositas bonitas para leer un lunes tristón y lleno de viento como hoy.
Bonita.

Seo dijo...

se me ha puesto la piel de gallina, apufff transmites tan bien las emociones que si estás triste todos lo estamos y si estás contenta reimos contigo

Coco Madrid dijo...

Dios... me he quedado tan prepleja que he tenido que comentar para decirte que muy pocas veces, a lo largo de mi corta experiencia he leído algo así. Te sigo incondicionalmente, he aterrizado aquí por pura casualidad, y creo que lo voy a coronar como el descubrimiento del día xD. Un beso

Óscar Sejas dijo...

Que hermoso es saber que se está. Saber que alguien llega donde nadie más lo hace. Saber que los miedos salen solos y que se escapan entre los dedos. Que hermoso es emocionar a los demás mostrando tus propias emociones.

No puedo decir más. Tampoco importa. A veces no hace falta decir nada para contar mucho.

Abrazos.

Oski

Unknown dijo...

Hola! No sé cómo he llegado aquí, pero con tu permiso me quedo. Abrir el corazón así duele, pero a la vez libera.
Yo también tengo ganas de llorar a veces aunque todo vaya aparentemente bien. Me alegra que tengas quien derrote tus miedos.
Besos.

Carolina dijo...

Maravilloso.