Observa desde su universo y alcanza a ver y a sentir su propia boca pegada a un cristal frío, sus manos adheridas a las paredes desnudas que la alcanzan, su espalda cayendo por el precipicio de su respiración. Encuentra sus dedos enredados en los ojos que los pisan, su cuello carcomido por las palabras que brotan de su sonrisa esperanzada, su mirada enroscada en una espiral que no la suelta. No habla ni asiente ni niega. Ya tampoco sueña. Sólo vive la vida que forjaron sus suspiros, aquéllos que le prometieron un universo azul.
5 comentarios:
Tienes imágenes bastante interesantes, el texto produce una sensación ligera de arrastre, como cuando despiertas de golpe de un sueño y no puedes evitar dar un salto, me gusto esa mezcla de asfixia y esperanza de persecución y caída
Saludos...
No, no es facil...
Un Edén y un riesgo.
Tan amargas como dulces.
Promesas.
Ten cuidado. Aunque solo sea un poco. =)
PD: El del comentario anterior he sido yo. Pero como estoy con el portátil de una amiga, he publicado con su cuenta. Lo he borrado por eso. Besos.
un desastre
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