domingo, 13 de abril de 2008

Silbidos invisibles

La noche se enfría. Las calles se disfrazan de oscuridad y las almas se van ocultando detrás de la luz de las farolas. Sólo quedamos el viento y yo. El viento que silba y me susurra tu nombre entre los quejidos de mi dolor. Que quiebra mi camino y rompe mi soledad haciéndola pedazos que desdibujan tu sonrisa. Que me devuelve retazos de tu aroma perdido, adheriéndolos a mi piel eternamente. Que me trae tu mirada y permite que sucumba ante ella sin más amparo que el de la imposibilidad. Y mientras tu nombre... no calla.

8 comentarios:

Estoicolgado dijo...

el viento, un aroma...
no se ven,
pero son visibles
en los ojos, de quien los siente.
conciso, bonito

muaks!

alagrada dijo...

El viento es aquel elemento que nos despierta, nos inquieta, incomoda, acompaña los días fríos, refresca los cálidos... ¿Pero cuando el viento y los recuerdos se funden en simbiosis? ¿Qué queda?¿Simple aire?¿Roturas y desaliños?

Un ventilador a veces...no es tan malo.

Besitos!!

vity dijo...

Ay perdona! Era yo desde el otro blog que administro, soy un despistado jeje.

Chao!!

Mademoiselle Boheme dijo...

Qué palabras tan bonitas...
Mi más sincera admiración. Un beso.

Solveig Möller dijo...

gracias pequeña.
en mi día de hoy abunda la tristeza y el estrés. que tal el tuyo?

pepunto dijo...

no te fies del viento. No es un consejo, es una sugerencia. El viento es el más traidor de los elementos: no quema, no ahoga, no electrocuta; se limita (que nos es poco)a erosionarte lenta y sutilmente.

Gina Nordbrandt dijo...

Cuando es inevitable... caer.
Saludos!
Buen inicio de semana!
=)

Solveig Möller dijo...

Me gustaría poder hablar contigo un día de estos... lo necesito. Un beso.